martes, 26 de diciembre de 2006

... esto no es una carta a los reyes magos...

Querida desesperación:

He estado pensando y al final he llegado a la conclusión que lo nuestro debe acabar, no es una decisión fácil...hemos pasado momentos memorables, pero el gris de tu capa ha acabado por cansarme, no es culpa tuya yo sé que es tu color favorito y a veces ha estado bien pero alguien me dijo que ese color no le favorecía al violáceo de mis ojeras y...por una vez creo que lleva razón.
Sé que has estado impenitente a mi lado en muchas ocasiones y que generosa me tendías una fría mano que nunca me he negado a coger, me hacías un ovillo y susurrabas disparates que no siempre he logrado entender...querida desesperación, la debilidad es tu medio...en él construyes una casa sin ventanas en la que cuesta respirar, paredes interminables, opacas, laberintos de locura por los que deambulan los hijos de la debilidad y...siempre yo.
Sabes que nunca hice amigos allí, por una extraña razón me pensaba mejor que aquellos ¡pobres diablos!, imagino que porque ellos iban y venían y yo...permanecía instalada como una locura más...ahora pienso que si me hubiera acercado y mirado sus ojos tal vez hubiera visto lo parecidos que eran a los míos y eso lo hubiera facilitado todo, pero...manejas bien la vanidad ajena y a eso es muy difícil sustraerse...
El duende enamorado del mar me cuenta historias, creo querida desesperación que es un viejo amigo tuyo, siempre lleva algo en las manos y sonríe a menudo...supongo que ya sabes quien es, son historias muy tristes...tanto que me han hecho pensar muy seriamente en la conveniencia de nuestra relación...
Me he sentido cómoda eso no puedo negarlo, tú hacías siempre todo el trabajo y mi pereza por vivir el resto, pero uno de esos ratos en los que me abandonabas por otros lo que aún me quedaba de cordura y rebeldía ( no te culpes no puedes estar en todo) se mostraron más diáfanos y... se abrió una puerta...y asomé la nariz ( ya sabes de mi curiosidad) y el azul de su horizonte que no llegaba a entender me atraía...más que tú...siento haber sido infiel a nuestro pacto...o sólo fue el tuyo...¡qué más da!, las cosas nunca son como empiezan sino como acaban y esta, nuestra historia ya no da para más, tus brazos ya no me son suficientes y lo que me susurras no me llena el alma...¿piensas que soy cruel?...bueno, has hecho bien tu trabajo, perfeccionista hasta en los más mínimos detalles , acabas por crear hijos de la desesperación que aplastan la hierba con igual “mimo” con el que tú aplastas sus voluntades, sin mirar, sin sentir...
No te apures sé que siempre vas a estar ahí...dispuesta a acogerme en tus brazos insensibles pero fuertes, tal vez vuelvas a verme la cara...no lo sé, pero ahora no, en este momento quiero ver los colores que tu capa impermeable no deja traspasar...no me llames ingenua o hazlo, me da igual, sé que estarás ahí...una vez más...
Gracias por la “seguridad” y la ceguera, gracias por la insensibilidad y la locura, gracias de verdad y desde el corazón que ya no tengo...
No te deseo éxito porque trabajas con un “material” con el que es fácil obtenerlo...
Hasta otra...no te guardo rencor...

1 comentario:

Lúzbel Guerrero dijo...

¡PLÍÑ!, bien dicho Puri, que se vaya con su gris asqueroso a otra parte, y se lleve todos sus motivos espúreos; además creo que el azul le sentará mejor. A veces creo que sin corazón vivimos mejor, porque esa cosa que suena por las noches, marcándonos la idea del tempus fugit, no colabora mucho en el bienestar, y mientras lo oímos dejamos escapar el tiempo de sueño que nos dará un mañana más llevadero tras un buen descanso.
Besos corazón