...quiebro...

Debo comenzar la penitencia...Es necesario...

No sé como ha podido ocurrir pero la frivolidad va usurpando terreno, esa descarada se invita a cenar, no ha sido presentada y viste fatal...algo inaudito...insoportable...inconcebible...no me reconozco, me quedo callada...no tengo excusas, necesito expiar mi culpa.
...afuera está oscuro, la ventana abierta me devuelve en silencio la profundidad de la noche, no hay estrellas...resulta perfecta, me cubro el cuerpo con un hábito negro...sobriedad, estoy de luto; pinto unas ojeras violáceas que resalten más mi rostro demacrado ( la frivolidad es insomne), la luz de la vela proyecta en la pared siluetas inquietantes...la realidad se difumina, es una sombra más no quiero confundirme, estoy resuelta, necesito hablar de algo que me perturba, ese sentimiento nocivo que a veces me invade, ese gran conflicto, esa dualidad, esos enemigos irreconciliables que entablan interminables batallas en mi interior, seres despiadados que tiran de mí como muñeca sin voluntad, ese par de arrogantes inmisericordes...

RAZÓN Y PASIÓN

Son dos polos que se oponen el uno al otro, siempre están en guerra, su conflicto es permanente, nadie escapa a estos dos tiranos, experiencias personales ( directas o indirectas), incluso la literatura nos habla de la radicalización con que este par de dos pueden llegar a complicarte la existencia.

A la pasión se la compara con la locura y la verdad es que no va mal encaminada esta comparación, pasión ciega...crímenes pasionales...estar cegado por la pasión, un muestrario de expresiones dirigidas a resaltar sus efectos perniciosos.

Es un conflicto muy viejo, tanto como la humanidad ( ya Homero describió muy bien la ira, la sed de venganza, el miedo...) y sin embargo en este ( como en otros) la cosa sigue igual... en aquellos héroes las pasiones se apoderaban de sus corazones y les empujaban a gestas increíbles, en “estos” héroes que somos nosotros lo hacen de igual manera, aunque las gestas nos sean digamos tan sublimes...el conocimiento se ve afectado de una u otra manera, según sea la violencia e intensidad de la pasión, se pierde la objetividad, por más esfuerzos que haga la razón por mantener la lucidez, la visión objetiva, el orden, la pasión cuando te afecta siempre encuentra un resquicio por el que hacer que te saltes todas las normas enajenando tu voluntad.

Cuando te puede la pasión te torturan los sentidos, cuando lo hace la razón, es la cabeza, el conocimiento objetivo quien toma el mando, siempre incompleta, siempre a medias...siempre insatisfecha.

¿Tiene solución el conflicto?

¿Tal vez suprimir las pasiones? ...demasiado radical, me temo, la razón no va a dar esta batalla por perdida, seguirá el conflicto...

¿Moderación y autocontrol? ...más racional, más razón y menos pasión...imposible no existe el equilibrio... y aburrido

No recuerdo bien y si no es así no duden en hacérmelo saber pero creo que Nietzche ( que gran tipo), arbitraba una “solución” intermedia algo así como orientar las pasiones, dirigirlas, canalizar la energía ¿ o era Freud?...tal vez fueron los dos, Freud probablemente en su teoría sobre el psicoanálisis ( me gustan más las teorías de Allen, es más pragmático), Nietzsche tal vez en El crepúsculo de los dioses, pero no estoy segura, podría le pega...

...pensar es extenuante...mi cabeza se satura de imágenes sin sentido, paisajes lejanos, músicas que nunca he escuchado, rostros desconocidos, no quiero pensar...la razón una vez más acaba por replegarse, me abandona, la abandono, es la historia de siempre, cierro los ojos y me tranquiliza pensar que volverá más tarde, como siempre... tal vez necesite más penitencia, más hábitos negros, más ojeras, más velas, tal vez algo de absenta o definitivamente sucumbir y abandonarme en los otros brazos...

¿Alguna sugerencia?...una...a lo sumo dos, tres creo que serían demasiadas, no les prometo nada no soy una buena discípula y nada disciplinada, pero alguna...alguna sí que sería interesante.